domingo, 28 de enero de 2018

Nuestros “muertos” nos siguen ganando batallas

Estatua del Cid Campeador. Burgos.
No hace mucho estuve viendo un documental sobre la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, y según la leyenda ganó batallas aún estando ya muerto. ¿Cómo es eso posible? Porque era tal el miedo y el temor que su figura generaba en sus enemigos que éstos se dejaban vencer fácilmente.

Toda esta leyenda me hizo pensar en la cantidad de “muertos” que llevamos a nuestras espaldas, personas que nos han herido, que nos han hecho daño, mucho daño, conscientemente les hemos sacado de nuestra vida y les hemos “enterrado”; pero cuando rascas un poco te das cuenta que siguen ahí, generándote un dolor indescriptible porque, como ya los has enterrado, supones que no están y no sabes de donde te viene ese sufrimiento que, a veces se puede mostrar incluso a través de enfermedades físicas y reales.

Cuando alguien te daña es porque tú le has dado el poder de hacerlo, le cedes el poder sobre tu vida
que sólo a ti te pertenece. El problema no es lo que esa persona te haga, sino cómo asumes tú lo que te hace, cuál es tu reaccion. Si tu reacción es reactiva (ser reactivo es amoldarse a las cosas tal cual vienen y ceder nuestro poder) entonces entras en su juego y logra arrastrarte al “lado oscuro”, donde tu oponente se desenvuelve perfectamente pues eso era lo que pretendía seguir alimentándose se tu negatividad, de tu rabia, de tu odio. En cambio, si tu respuesta es proactiva (ser proactivo es hacer que lo que queremos, suceda) todo cambia porque el oponente no consigue llevarte a su terreno, sino que tú eres el que crea ese nuevo terreno donde sembrar amor, alegría y felicidad.


La única manera de que nuestros “muertos” no nos sigan ganando batalla tras batalla es comportarnos de una forma proactiva en nuestras vidas, no permitiendo que nuestras respuestas a los avatares que el destino nos trae nos hagan ceder nuestro poder. Enterremos de una vez por todas a nuestros “muertos” y si alguna vez vuelven a aparecer, sonriamos sabiendo que no son más que un simple recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario