sábado, 10 de junio de 2017

Nuestra compañera la sombra

¿Qué significa la palabra sombra?:

  1. Imagen oscura que proyecta un cuerpo opaco sobre una superficie al interceptar los rayos de luz.
  2. Parte de un espacio a la que no llega la luz.

Vemos que la palabra sombra siempre define “algo” carente de luz o que no deja pasar la luz a través suyo. Aunque hoy vamos a hablar de la sombra como arquetipo, creo que estas definiciones nos muestran muy bien su significado.

Dentro de nosotros hay una parte donde no llega la luz, podríamos decir que es nuestro trastero, donde almacenamos todas las actitudes negativas e imperfecciones de nosotros mismos que no nos gustan o que consideramos que no están bien vistas por la sociedad. El problema de todo esto es que esa parte que desechamos no la podemos hacer desaparecer porque, sencillamente, es tan nuestra, es tan nosotros mismos como la parte “buena” que nos gusta potenciar. Entonces la guardamos en el trastero, en el “olvidadero” de nuestro ser para que no dé la lata. Pero seguimos sin integrar esa sombra, simplemente la hemos reprimido y tarde o temprano sale a la luz y desbarata todos nuestros buenos propósitos.

¿Qué hacer entonces con la sombra? Simplemente, integrarla. ¿Cómo? Reconociéndola, reconociendo nuestros defectos y ver la parte buena que tienen. Por ejemplo, la envidia es tremendamente devastadora para quien la posee, puede destruir por completo una vida, porque siempre nos vamos a encontrar a alguien que sea mejor que nosotros en algo y eso nos hace sufrir una y otra vez, nunca podemos estar en paz, nunca podemos descansar, nunca conseguimos nada que nos satisfaga. En cambio, hay lo que se podría llamar una envidia “sana” que es aquella que cuando sabemos que alguien es feliz porque ha conseguido una meta que se había propuesto, nos lleva a alegrarnos por esa persona y a trabajar con nosotros mismos para poder alcanzar también nuestras metas, es una envidia que nos incentiva para progresar, para evolucionar, para mejorar, no para competir. De esta manera, lo malo que conlleva ser envidioso lo hemos positivizado y lo hemos integrado en nuestra vida y en nuestro ser, ya no podrá hacernos daño nunca más.


Para hacer esta integración lo único que hemos utilizado ha sido una de las 7 Leyes Cósmicas, el Principio de Vibración. Hemos sido capaces de cambiar una vibración muy densa en otra más sutil. Hemos acabado con el desasosiego que genera la competición constante, aquí estamos para aprender. La vida es una escuela, no un concurso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario