jueves, 8 de junio de 2017

El Juego de la Vida

Todo fluye y refluye; todo tiene sus periodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación”.
                                                                                                                          El Kybalión.

Péndulo de Foucault. Museo de las Ciencias
Valencia. España.
Todo en el Universo y en la vida tiene un movimiento de avance y retroceso, similar a las olas en el mar. Y este movimiento, este ritmo al igual que se da en el mundo material, se da en el mundo mental y emocional, por lo tanto, nuestros pensamientos, nuestro humor, nuestro carácter también responden a este ritmo.

Aunque el problema no radica tanto en dónde esté situado el péndulo que marca nuestros ritmos, como en la actitud con la que enfrentamos la realidad que estamos viviendo en ese momento. ¿Por qué? Porque no nos damos cuenta de que en esta vida nada es para siempre, todo es temporal. Si ahora tu ritmo es de tristeza, de soledad, de incomprensión has de saber que esa situación no es eterna (a no ser que tú decidas con tu actitud hacerla interminable) y que lo importante es enfocarse en la solución, no en el problema.

La Rueda de la Fortuna
Tarot de Marsella
Por el contrario, si tu péndulo está ahora en el periodo de “vacas gordas”, ¡por favor, no te vuelvas loco! Tampoco este periodo será eterno, no siempre vas a tener ese estupendo sueldo o ese increíble trabajo o tu vida familiar va a ser totalmente armoniosa. Sí, debes disfrutar ese buen momento, por supuesto, pero “guarda para cuando no haya”. Es decir, durante ese tiempo de bonanza procura tomar la mayor ventaja posible. Si, por ejemplo, estás en un momento económicamente muy bueno, procura ahorrar para poder afrontar las “vacas flacas”.

Seamos capaces de ver que nuestra felicidad nunca va a depender de cosas externas (dinero, trabajo, vida social). La felicidad sólo depende de nosotros mismos, de lo centrados que estemos con nuestro plan de alma, de que estemos siendo fieles a nuestro camino y de que seamos conscientes de nuestra relación con Dios, nuestro Padre, y el resto se nos dará por añadidura. Al fin y al cabo, la vida es un gran juego donde sólo podemos ganar, porque aquí hemos venido a aprender.

Para finalizar, me gustaría recordar un poema de Santa Teresa de Jesús que dice:

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
¡Sólo Dios basta!”

No hay comentarios:

Publicar un comentario