“¿Cómo
es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas
en la viga que hay en tu propio ojo?” (Lc. 6, 41).
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Perro guía. Fundación ONCE |
Estas
palabras son de Jesús en el Evangelio de Lucas, hace más de dos mil
años, hoy en día hablaríamos del “punto ciego”. Pero ¿qué es
el punto ciego?. Fisiológicamente hablando podemos decir que en la
parte posterior del ojo hay una zona que no tiene las terminaciones
nerviosas que tapizan el resto de la retina. A esta zona se la conoce
con el nombre de “punto ciego” porque no registra las variaciones
luminosas procedentes del cristalino y, por lo tanto, crea una laguna
de información en la que es transmitida al cerebro.
Desde el
punto de vista psicológico, el “punto ciego” podemos decir que
es la dificultad que tenemos para ver las cosas tal y como son. Sobre
todo lo que tiene que ver con nosotros mismos o lo que nosotros
consideramos importante, ya que ese punto ciego nos proporciona
consuelo ante nuestros miedos y nuestro dolor.
Pero aquí
vamos a ver el significado de “punto ciego” desde la perspectiva
espiritual. Es algo parecido al nivel fisiológico. En nuestra Alma
(nuestro verdadero Ser) tenemos una zona donde no llega la Luz y es
tal la oscuridad que reina allí que ni nosotros mismos somos
conscientes de lo que ahí habita. No somos capaces de ver esa parte
tan oscura de nuestro ser, porque está tan intrínsecamente adherida
a nosotros mismos que se nos hace invisible. Ahora quienes sí la ven
perfectamente son los demás, todos los que nos rodean, para ellos es
completamente visible y real.
Entonces,
¿qué podemos hacer para reconocer la “viga” en nuestro ojo?
Escuchar a los que nos rodean. Cuando nos hagan una crítica sobre
nuestra forma de ser, de comportarnos, debemos escucharlos y analizar
y reflexionar sobre su crítica. No quiero decir que tengamos que
comportarnos tal y como quieran ellos, porque nosotros somos como
somos y tenemos nuestro propio camino, pero si queremos evolucionar y
perfeccionarnos es imprescindible que nos conozcamos y que
reconozcamos nuestra parte buena y también nuestra parte menos buena
o mala, y para eso es absolutamente necesaria la ayuda de las
personas que están a nuestro alrededor y se relacionan con nosotros.
De esa manera seremos capaces de ver y eliminar nuestra viga, para
así poder ayudar a quitar la brizna del ojo de nuestro hermano.
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