martes, 20 de junio de 2017

La paja en el ojo ajeno

¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?” (Lc. 6, 41).

Perro guía. Fundación ONCE
Estas palabras son de Jesús en el Evangelio de Lucas, hace más de dos mil años, hoy en día hablaríamos del “punto ciego”. Pero ¿qué es el punto ciego?. Fisiológicamente hablando podemos decir que en la parte posterior del ojo hay una zona que no tiene las terminaciones nerviosas que tapizan el resto de la retina. A esta zona se la conoce con el nombre de “punto ciego” porque no registra las variaciones luminosas procedentes del cristalino y, por lo tanto, crea una laguna de información en la que es transmitida al cerebro.

Desde el punto de vista psicológico, el “punto ciego” podemos decir que es la dificultad que tenemos para ver las cosas tal y como son. Sobre todo lo que tiene que ver con nosotros mismos o lo que nosotros consideramos importante, ya que ese punto ciego nos proporciona consuelo ante nuestros miedos y nuestro dolor.

Pero aquí vamos a ver el significado de “punto ciego” desde la perspectiva espiritual. Es algo parecido al nivel fisiológico. En nuestra Alma (nuestro verdadero Ser) tenemos una zona donde no llega la Luz y es tal la oscuridad que reina allí que ni nosotros mismos somos conscientes de lo que ahí habita. No somos capaces de ver esa parte tan oscura de nuestro ser, porque está tan intrínsecamente adherida a nosotros mismos que se nos hace invisible. Ahora quienes sí la ven perfectamente son los demás, todos los que nos rodean, para ellos es completamente visible y real.

Entonces, ¿qué podemos hacer para reconocer la “viga” en nuestro ojo? Escuchar a los que nos rodean. Cuando nos hagan una crítica sobre nuestra forma de ser, de comportarnos, debemos escucharlos y analizar y reflexionar sobre su crítica. No quiero decir que tengamos que comportarnos tal y como quieran ellos, porque nosotros somos como somos y tenemos nuestro propio camino, pero si queremos evolucionar y perfeccionarnos es imprescindible que nos conozcamos y que reconozcamos nuestra parte buena y también nuestra parte menos buena o mala, y para eso es absolutamente necesaria la ayuda de las personas que están a nuestro alrededor y se relacionan con nosotros. De esa manera seremos capaces de ver y eliminar nuestra viga, para así poder ayudar a quitar la brizna del ojo de nuestro hermano.


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