Nuestra
línea del tiempo, o lo que es lo mismo el “espacio” donde
transcurre nuestra vida, es una posibilidad entre otras muchas
posibilidades simultáneas. No existe una sola y única realidad para
cada uno de nosotros, sino diversas, muchas, todo depende de nuestras
decisiones, y nuestras decisiones dependen de nuestra evolución, y
nuestra evolución depende de que seamos capaces de elevar nuestra
conciencia.
Podríamos
decir que la conciencia es el nivel de percepción de la realidad que
experimentamos. Dependiendo del grado de elevación de nuestra
conciencia la realidad que vivimos es más o menos densa, o más o
menos sutil. La conciencia, como todo, se puede transformar, se puede
hacer vibrar a una frecuencia cada vez más elevada. Esta elevación
de la conciencia se puede conseguir a través de la oración, de la
meditación, de distintas técnicas espirituales, pero sobre todo y
principalmente se consigue cuando tomamos responsabilidad.
¿Qué es
tomar responsabilidad? Es hacernos responsables de quienes somos y de
nuestras acciones/decisiones en la vida. Somos responsables cuando
dejamos a un lado el victimismo y dejamos de creer que la culpa de lo
malo que nos sucede en la vida siempre la tiene alguien o algo ajeno
a nosotros mismos. Solamente cuando seamos capaces de reconocernos
como artífices de lo bueno y lo malo que nos pase, será cuando
comencemos a ser responsables y tomaremos las riendas de nuestra
vida. Entonces empezaremos a ser conscientes de la Realidad (sí, con
mayúsculas) y poco a poco nuestra conciencia se irá elevando, de
esta manera cada vez que tomemos una decisión o ejecutemos una
acción, seremos conscientes de lo que estamos haciendo. Este ser
conscientes no quiere decir que no nos vayamos a equivocar (por
supuesto que cometeremos errores), pero serán errores que nos
servirán para aprender y evolucionar, porque los únicos
responsables de ellos seremos nosotros.
Pues cuando
esto suceda, cuando nuestra conciencia vaya elevándose, nuestra
línea del tiempo irá cambiando también y, por lo tanto, lo hará
nuestra realidad. Nosotros sólo podemos existir y desarrollarnos en
una línea del tiempo cuya vibración esté acorde con la nuestra. Un
ejemplo muy claro de todo esto es la cantidad de personas que llegan
y se van de nuestra vida. A veces tenemos parejas o amigos con los
que compartimos momentos importantes de nuestra historia y de pronto
desaparecen, ya no están. ¿Por qué? Sencillamente, porque hemos
evolucionado de manera distinta, nuestras conciencias están en
niveles diferentes de vibración y, por tanto, al no tener la misma
línea del tiempo, esa persona ya no está en mi realidad ni yo en la
suya.
Si no nos
gusta la realidad en la que nos movemos y queremos cambiar nuestra
vida, la solución es evidente, elevemos nuestra conciencia,
responsabilicémonos de nuestras decisiones y seamos co-creadores
activos.
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