“Como
es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”
El
Kybalión
Con esta
frase se define el Principio de Correspondencia, uno de los más
conocidos de las 7 Leyes Cósmicas, que nos explica que hay una
correspondencia entre el macrocosmos y el microcosmos, entre lo
divino y lo humano.
La sibila délphica, Capilla Sixtina, Michelangelo. |
Hay muchos
planos de la existencia, de la realidad que no nos es posible conocer
por nuestras limitaciones, pero si aplicamos este principio logramos
descorrer el Velo de Isis, para así poder vislumbrar y empezar a
comprender una sustantividad que de otra manera nos sería
incomprensible por la magnitud en la que se desarrolla.
Por medio de
este principio podemos entender lo que ocurre en el Universo con
solamente conocer lo que sucede en una de sus partes. O lo que es lo
mismo, entender una parte para comprender el Todo. Un buen ejemplo de
esta Ley Cósmica lo tenemos en la naturaleza y son los llamados
fractales.
Este
principio también podría definirse con la siguiente máxima: “Como
adentro es afuera; como afuera es adentro”, cuando nos referimos al
ser humano. Ya que cuando vemos el comportamiento de una persona en
el mundo material, podemos vislumbrar cómo es y cómo está su mundo
espiritual y mental. Por ejemplo, una persona que en su vida
cotidiana es extremadamente ordenada y estructurada, podríamos decir
que mentalmente es bastante rígida en sus ideas y acepta de mala
gana los cambios y las ideas que no concuerden con las suyas, en el
plano espiritual se la podría denominar como un poco dogmática. Por
el contrario, cuando tenemos a una persona un tanto desordenada en su
vida externa, podemos concluir que en su vida y su mundo mental y
espiritual reina cierto caos.
Quiero
acabar esta reflexión con la frase que aparece en el Oráculo de
Delfos y que se ha ganado el más alto prestigio filosófico, ya que
encierra un profundo significado que trasciende el tiempo: “Conócete
a ti mismo y conocerás el Universo y a los dioses”.