El desapego
es uno de los principales caminos para alcanzar la paz interna, la
realización y la libertad, aunque también es cierto que es uno de
los caminos más difíciles de transitar.
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Hermano Sol, Hermana Luna. Franco Zeffirelli |
Desapego no
significa que tengamos que renunciar a nuestras metas, sino que
renunciamos al interés por el resultado. El apego se basa en el
miedo y en la inseguridad, es producto de la sensación de carencia
que nuestro ego nos ha creado, por eso sólo se interesa por los
signos externos, por lo material (dinero, un buen coche, una casa
cara...). El ego nos hace creer que cuantas más posesiones
materiales tengamos, más seguros estaremos, pero la realidad es otra
muy distinta, cuanto más dinero (o posesiones) se tenga, más miedo
a perderlo se tiene. El apego no quiere cambios y cambio significa
evolución. Cuando no se evoluciona todo se estanca y se pudre.
Podemos
estar apegados a cosas o a personas. Cuando no somos capaces de dar
un paso sin que esa persona especial esté con nosotros y nos dé su
beneplácito, cuando no dejamos que esa persona, con la que nos unen
lazos afectivos, tenga la libertad suficiente para tomar sus propias
decisiones (aunque se equivoque) y la obligamos a que, de una manera
u otra, nos consulte cada paso que vaya a dar en la vida, todo eso es
apego. Ese apego, que como ya hemos dicho es miedo a la pérdida, lo
que nos puede generar es justo lo que tanto tememos, que esa relación
se destruya y esa persona desaparezca de nuestra vida.
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Hermano Sol, Hermana Luna. Franco Zeffirelli |
Seamos
libres y confiemos en el proceso de la vida.
“Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo
os digo que ni Salomón en toda su gloria, se vistió como uno de
ellos” (Mt. 6, 28-29)
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