Cuántas
veces hemos recibido una llamada en el momento más inoportuno en la
que una voz nos pregunta educadamente: “Le llamamos de la empresa
tal, ¿tiene usted un minuto?” Alguien nos quiere decir algo, o nos
quiere vender algo y requiere nuestra atención. A Dios le pasa lo
mismo, nos quiere decir algo, nos quiere proponer alguna cosa, pero
necesita que le atendamos, que le escuchemos. En ocasiones se
comunica con nosotros en un momento en el que no podemos ignorarle o
decirle que estamos ocupados. Utiliza nuestros sueños como medio de
comunicación y a lo largo de la Historia tenemos diversos ejemplos
de ello.
En la
Antigua Grecia las prácticas de curación se basaban en la magia o
la religión. El dios sanador actuaba a través de la “incubación”.
Esto es que el enfermo acudía al santuario correspondiente y en una
especie de cubículo en una cueva se dormía bajo el pórtico sagrado
y en completa quietud esperaba hasta que el dios sanador aparecía
durante el sueño y, o bien les sanaba tocando la parte enferma del
cuerpo, o bien les dictaba una serie de medicamentos que les
curarían. Esta práctica también se hizo popular en Roma a raíz de
una grave epidemia que se desarrolló hacia el año 293 a.C.
El Sueño de Jacob. Rafael. |
En la Biblia
también tenemos ejemplos de la comunicación de Dios con el hombre a
través de los sueños. Uno de ellos fue Jacob (Gen.28, 10-19) que
durante un sueño vio una escalera que unía Cielo y Tierra, y los
ángeles subían y bajaban por ella. En ese sueño Dios le habló y
le bendijo, a él y a toda su descendencia. Otro fue José (el marido
de María), a quien un ángel en nombre de Dios se le apareció en
varios sueños. En el primero para decirle que no tuviera temor de
desposarse con María (Mt. 1, 20-21), después para avisarle de los
planes de Herodes y que huyera a Egipto con María y Jesús (Mt. 2,
13) y, por último, cuando el rey Herodes murió, se le volvió a
aparecer el ángel en un sueño para decirle que ya podía volver a
Israel con su familia (Mt.2, 19-20).
Amadeus |
En una época
más cercana a la nuestra, tenemos a Mozart que, por ejemplo, decía
poder crear sinfonías enteras en su mente antes de haber escrito ni
una sola nota. “Toda esta producción -comentaba- tiene
lugar en un agradable y animado sueño”.
A mediados
del siglo XIX, en 1869, el químico ruso Dimitri Mendeleyev tuvo un
sueño en el que vio una tabla en la que todos los elementos
encajaban perfectamente en su lugar. Cuando se despertó, pasó a un
papel lo que había visto. El resultado de este sueño fue la tabla
periódica de los elementos que todos hemos estudiado.
Sí, Dios
nos habla a través de los sueños. Evidentemente, no a todos los
sueños les vamos a dar el status de ser comunicaciones que Dios nos
hace, ni mucho menos. Pero, ¿quién no ha tenido alguna vez un sueño
especial? Un sueño que cuando nos hemos despertado, nos hemos
sentido distintos, bien porque hemos encontrado la solución a un
problema, bien porque nos hemos sentido consolados en una aflicción,
o bien porque tras ese sueño nuestra vida ha cambiado radicalmente y
hemos encontrado nuestra razón de ser.
Cielo. Atardecer |
No siempre
es necesario estar dormido para tener este “sueño”, otras veces
podemos estar en vigilia y somos capaces de conectar con el mundo
espiritual, pero no lo llamamos sueño, sino intuición, corazonada o
sexto sentido. La verdad, es que el nombre que le demos es lo de
menos, lo importante es saber que podemos conectarnos desde el
corazón, desde el alma, con el Padre y dejarnos enseñar. Entonces,
todo fluirá y funcionará en nuestra vida.
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