jueves, 13 de abril de 2017

Nuestro “viaje inesperado”

Esta tarde estaba con mi hijo pequeño viendo la película de “El Hobbit. Un viaje inesperado”. La apacible vida de Bilbo Bolsón, tan organizada y previsible como la de todo Hobbit que se precie, se ve de pronto invadida por una horda de enanos capitaneada por Thorin Escudo de Roble que ponen, literalmente, su vida y su casa patas arriba. Le
El Hobbit. Un viaje inesperado.
proponen participar en una aventura épica y peligrosa, a lo que en un principio Bilbo se niega, pues no se siente capacitado para ello. Pero el gusanillo de la curiosidad ya le ha picado y no puede resistirse, y ahí comienza “su viaje inesperado”.

Es una buena metáfora de la vida de cualquiera de nosotros. Sí, todos vivimos en nuestra organizada y previsible zona de confort, todo está controlado, todo es seguro, no hay por lo que preocuparse. Pero de repente aparece nuestra particular “horda de enanos”, que puede ser una enfermedad, quedarte en paro, el final de una relación, la muerte de un ser querido..., cualquier circunstancia que de forma repentina y, a veces, brutal, cambia nuestra vida de arriba a abajo y nos lanza sin la menor contemplación a la inseguridad de lo desconocido, de la incertidumbre de no saber si habrá un mañana (cómo si alguna vez lo hubiéramos sabido). Entonces no te queda más remedio que tirar hacia delante, porque detrás ya no hay nada. Ése es nuestro “viaje inesperado”, nuestro camino iniciático.

El loco. Tarot de Marsella.
El camino iniciático siempre es duro, porque nos enfrenta con nosotros mismos, con nuestra luz y nuestra sombra, con nuestra grandeza y nuestras miserias, pero es el único camino que nos lleva a la verdad de lo que somos.

Todos comenzamos ese camino en algún momento en nuestra vida, pero también es cierto que no todos lo acabamos como deberíamos. La tarea principal del camino iniciático es ser capaces de equilibrar nuestra parte material (Ego) con nuestra parte espiritual (Alma/Espíritu) para así poder realizar la misión que tenemos encomendada en esta vida. Sin duda, una tarea difícil porque el Ego tiene muchas triquiñuelas para conseguir que nos perdamos entre sus ilusiones y así tomar él (el Ego) el mando de nuestra vida y hacerse fuerte en ella.

Pero si somos capaces de mirarnos a nosotros mismos, frente a frente, sin miedo a ver nuestra sombra e integrarla en nuestra vida para que sea ella quien nos enseñe cómo no se debe ser. Si podemos reconocernos como lo que realmente somos, hijos de Dios, hechos a su imagen y semejanza (nuestra alma está hecha a imagen y semejanza de Él), si nos amamos y aceptamos tal cual somos, si confiamos plenamente en Dios, entonces ese camino de iniciación desembocará en el Maestro que todos llevamos dentro y ya nada será igual. Todo tendrá sentido porque seremos conscientes de nuestro verdadero Ser y así lo reflejaremos en nuestra vida. Podremos traer el Cielo a la Tierra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario