jueves, 27 de abril de 2017

El miedo es la puerta hacia la oscuridad

Nuestro miedo más profundo no es no ser capaces.
Nuestro miedo más profundo es que somos enormemente poderosos.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos, ¿quién soy yo para ser brillante, atractivo, talentoso, fabuloso?
De hecho, ¿qué NO eres para no serlo? Eres un niño de Dios.
El disminuirse no le sirve al mundo.
No hay nada de sabiduría en encogerse para que otros no se sientan inseguros cerca de uno.
Estamos predestinados a brillar, como los niños lo hacen.
Nacimos para manifestar la gloria de Dios que está dentro de nosotros.
No está sólo en algunos de nosotros, está en cada uno.
Y cuando dejamos que nuestra luz brille, inconscientemente permitimos que otros hagan lo mismo.
Al liberarnos de nuestros propios miedos, nuestra presencia automáticamente libera a otros.
Marianne Williamson.

Sí, ante retos nuevos nos encogemos, nos da miedo enfrentarnos a ellos. Eso es consecuencia del ego, de nuestra soberbia. Soberbia contra Dios, nuestro Creador, nuestro Padre, porque no queremos reconocer los dones que nos ha dado, preferimos mostrar la versión que nosotros nos hemos fabricado de nosotros mismos, más pequeña, pusilánime y oscura.

En el fondo pensamos que nuestra versión es mucho mejor que la que Él ha diseñado para nosotros, eso es una muestra de Soberbia.

Pero nuestra verdadera naturaleza es de Luz, de Amor y de Libertad. Hemos de tener la valentía de manifestar el mejor concepto de nosotros mismos, que es el que Dios ha ideado y nuestra Alma ha asumido. No podemos, ni debemos, aspirar a menos que el mayor potencial que somos capaces de albergar, que es Todo, porque Dios está en nosotros y somos parte de Él.

Seamos faros en la oscuridad que a veces nos circunda, así enseñaremos a otros a brillar y entre todos conseguiremos vencer el miedo y la sombra para crear un nuevo y acogedor mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario